Perdón, *louis *

- No necesitas decirmelo todo el tiempo, lo sé - le dije sonriendo - yo también te amo, eres muy importante en mi vida. Siempre lo haz sido y siempre lo serás, no lo olvides.

Copie su gesto, y mire el cielo. Las pequeñas gotas caian en mi rostro como lágrimas.

- Somos tan diferentes, pero juntos somos dinamita - le dije entre risas - esa es nuestra definición. Dinamita. Explotamos, con nuestros diferentes personalidades y pensamientos...

--Dinamita... -- sonreí-- Creó que sí ...-- aveces me daba risa el ego que tenía Louis -- Y sabes que es bueno de nuestra rara personalidad -- dije mirandolo juguetonamente-- que no me da miedo nada, asi que te puedo mojer -- dije mientras saltaba en el logrando que se callera y le comenzaba a hacer cosquillas, mietras reía divertida.

- ¡Por merlín! - dije mientras caía - No es justo, sabes cada una de mis debilidades - solté una carcajada y voltee a Aricia. Logré empaparla ya que su espalda quedó contra el suelo - ¿Cómo es que algo tan molesto pueda caber en este pequeño cuerpecito? - dijo en tono de broma, mientras reíamos.

Lo mire fingiendo molestaía -- Hey, yo soy un angel -- dije intentando parecer sería, le puse un pie y el callo, me puse a hacerle cosquillas -- Di que lo sientes -- dije en broma y sin dejarle de hacer cosquillas.

- ¿Como voy a decir que lo siento, si sigues golpeandome? - dije entre risas. Malditas cosquillas me estan matando. - ¡no me voy a disculpar!

Lo miré con los ojos entrecerrados.

-- ¿No te disculparas? -- dije fingiendo molestia -- pues no te dejare de hacer cosquillas -- dije entre risas mientras lo pegaba mas al piso para que se mojara.

Sabía que a Louis no el gustaba enfermarse...

Me quedé quieto, sin moverme. Dejaría que Aricia me hiciera lo que deseara... al final yo ganaré.

Se detuvo al verme quieto, y aproveché para empujarla de nuevo. Sin lastimarla, la tome de las muñecas y la detuve.

- Aricia, si seguimos así, nos enfermaremos. - le dije sonriendo. Mi cabello esta pegado a mi rostro por la humedad.

Louis se veía tan lindo con el cabello mojado -- No importa, somos jovenes, podemos enfermarnos -- dije con una sonrisa-- note algo, me puse nerviosa... su cara estaba un poco cerca de la mía... me acerque, un poco nerviosa y le di un beso...
SInceramente no sabía como, ni por que, senti la nesesidad, así que lo hice.

No me sorprendió sentir sus labios en los míos, ya que yo también lo deseaba.

Abrí mis labios y dejé que Aricia explorara mi boca con sus labios. Ella no tenia miedo, así que dejé el nerviosismo atrás, me relajé.

Aflojé un poco mis manos, que estaban en sus muñecas y las subí hasta sus manos para poder entrelazarlas...

Era extraño volver a besarlo, y no es que me quejara, amaba besar a Louis, era algo tan perfecto.

Entrelazo nuestras manos, y mi corazón se acelero de una sobre manera tan grande.

Deje de pensar en todo, en todos, solo estaba con Louis.

No me detuve en ningún momento. La seguí besando hasta que sentí la necesidad de separarme por falta de aire.

Suspiré y dirigí mi rostro hasta su cuello.

- No sabes cuanto necesitaba esto - le dije al oído.

Lo abracé -- Tu tampoco... desde hace tiempo tenía que volver a probar tus labios... desde... desde el día que Eros hizo que nos besaramos... -- dije mientras tocaba su cabello mojado...

Sus labios eran una droga, la mas deliciosa, a la que me hice adicta.

Tomé sus brazos y la levanté. Quedamos de pie, frente a frente.

Acerque mi rostro de nuevo y la besé. Más rápido, más intensamente. Con mis manos en sus cintura, nos acercamos y disfrutamos de ese beso. El beso que nos permitia alimentar nuestro placer.

Pase mi mano por su cuello, parandome de puntitas para poder probar mejor sus labios.

Y con la otra pasaba mis dedos por su cabello, y lo besaba, como no habia besado a alguien, intensamente, haciendome recordar todos los sentimientos que el en mí despertaba...

Sentí muchos sensaciones correr por mis venas... pero no sería aquí ni ahora.

Tras un leve beso, me separé de Aricia y cerré los ojos. Mi frente estaba pegada a la suya.

Y respiré.

Trato de recuperarme. Recuperar la compostura y mi ritmo cardiaco.

Le tome las manos, respiraba con dificultad... tome su mano, y la puse en mi corazón, queria que sintiera como latía, tan descontroladamente por él, mientras entrelazaba nuestra otra mano... --te amo -- le susurre levemente...

- ¡Te amo! - grité. El eco de mi grito se escucho por los jardines... no me importo. Le sonreí, con todo mi impetu... y con todo mi amor.

El grito que me amaba y todo el tiempo se congelo, el dolor que tenía se fué, el hueco en mí corazón sano de una manera sorprendentemente rapido, mi respiración se fué...

Tome su cara con delicadeza --- Todo el tiempo estoy pensando en ti -- lo bese nuevamente, pero esta vez no enfoncandome en la pasión que tenía, no, ahora trasmitia la seguridad de mí amor hacia a el, el más puro amor.

- Todo esta bien para mi ahora - le dije al separarnos - Al fin de cuentas, lo único que necesitaba era tenerte en mis brazos de nuevo. Quiero que sepas que eres la personas más importante en mi vida y eres todo para mi.

Acariciaba sus manos, delicadamente.

- Eres mi tiempo, mi dedicación, mi amor, mi locura, mi desesperación - sonreí - eres la persona que más amo en este mundo... eres mi complemento. Eres la única persona con la que me he visualizado en un futuro, eres esa clase de chica que aun que quieras olvidar simplemente no puedes... y te amo, por todo lo que logras en mi.

Porque cada cosa que me decia era perfecta, por que cada palabra, me hizo suspirar.

--Esta noche es especial amor, por que con mi ternura y una gran dosis de ilusión me di cuenta de muchas cosas. Por que con cada beso fui desahogando mis tristezas y recorri mi anehelo. -- lo mire con una sonrisa -- esta noche fue especial, por que fuimos mas halla de la rutina y tuve tus calidas sonrisa, por que hoy reconocí tus manos, en mi cintura como dos olas moviendo todo el mar.

Esta noche fué bella, especial, inolvidable, única.

Aunque no me bastara besarte hasta perder la cuenta, ni con sentir tu perfume impregnado en mi piel; por que ademas me dijiste algo que no olvidare jamás, y que le dio alas a mi corazón enamorado y loco; que se permitió seguir gritando esa fiel fantasia.
De que tu me amaras igual que yo. algun día... pues hoy dijiste amor esas cinco palabras magicas..."te amo"...-- Mas feliz no podía estar, era mí vida, toda mi vida era él y solo él...