Sin saber que espero

No estaba segura del por qué había venido aquí.
Hace tres días había recibido una carta anónima y de manera extraña en la que decía que viniera a este lugar a esta hora y en este día, pero yo jamás hacia caso a esa clase de cosas, seguramente era una broma y yo había caído en ella como una idiota.
Sin embargo este lugar era excelentemente macabro me recordaba a mi querida y desquiciada tía.

Escuche unos pasos, me escandalice a medias, hurgue en mi bolsa buscando mi barita.
-¿Quién eres?
Lévate mi barita.
-Lumus.
Me calme cuando vi que era Ginny, baje la barita.
-¿Qué haces aquí?

-Yo también, es obvio que fue una mala broma. Ashh, estoy molesta.
Me recargue en la pared y resople.

-Bueno, acepto que este lugar es terrible, pero... La verdad es que creo que lo mejor sería que nos fuéramos. ¿Tú qué piensas?

Asentí, pero escuche un sonido extraño a mis espaldas y me gire rápidamente.
-Lumus Maxima.
El callejón se ilumino por completo, no había nadie.

-Vámonos, Ginny.

-Seguramente un idiota que no tiene nada mejor que hacer.
Justo en ese momento sentí que me agarraban los pies.
Brinque hacia atrás y apunte la barita al suelo, era una víbora que pasaba justo enfrente de nosotras, se me erizaron los cabellos, era macabra y enorme.
-Dios…

Escuche a Ginny y me di cuenta de que se estaba marchando, pero yo estaba como hipnotizada, no le podía quitar los ojos de encima a la serpiente enorme que pasaba sobre mis pies. De pronto me parecía hermosa y sentí la necesidad de tocarla, me agache y acaricié su escamosa piel, la carne se me puso de gallina… La serpiente siseo y se arrastro con más lentitud.
Me sentí extrañamente fuera de mí y recobre la razón.
-Ginny, espérame-corrí tras ella.

*Me di vuelta y vi a Narcissa extraña, me acerqué rápidamente, la tomé de un braz y la jalé, alejándome de la espantoza serpiente. Después de lo que ocurrió en la cámara secreta le tenía fobia a los reptiles*

-Espera, espera-le dije.
Luego le apunte con la varita a la serpiente.
- Vipera Ivanesca.
La serpiente se incendio pero cuando la flama se apago estaba intacta, ni siquiera parecía haber sentido el calor del fuego.

Ginny tenía razón, esto no era normal.
La tome de la mano.
-Sí, vámonos.
Las dos comenzamos a caminar, casi corríamos.
Yo no sabía si era mi imaginación y no quise preguntarle a Ginny, pero seguía escuchando el siseo de la serpiente.

Comenzamos a correr. Ya casi llegábamos a la salida, y de pronto escuche como el aire se partía, pero reaccione muy lento, solo sentí como algo se me encajaba en la pierna, justo arriba de la cara trasera de la rodilla, grite y caí al suelo, arrastrando a Ginny conmigo, la solté.
-¡Corre! ¡Vete!-le dije entre jadeos y toda histérica.

-¡¡¡Maldición que te largues!!!
La pierna me dolía tanto. Y en definitiva Ginny no me dejaría en ese lugar, empuñe mi barita con fuerza.
-Ginny déjame en el suelo, has un “Cave Inimicum” para protegernos mientras que yo me curo. No puedes cargarme hasta un lugar seguro ¿Cierto?

- “Cave Inimicum” *dije rapidamente empuñando mi varita*

Ginny me dejo en el suelo y yo actué con rapidez.
- Episkey.
Se trataba de un tubo, ni siquiera era filoso, ahora entendía por qué me dolía de esa manera. La herida era profunda.
- Vulnera Sanentum...
Me levante.
-Corre-le dije.